El otro día, una compañera de Hofmann que fue a París, nos enseñaba fotos de las pastelerías que había visitado. En una de esas fotos había una pavlova preciosa, e inmediatamente me creó la necesidad de probar ese postre... bien es cierto que la pavlova no es un postre francés si no que Australiano, pero tenia una pinta que no me pude resistir. Así que hoy os traigo la receta de la pavlova, espero que la disfrutéis.
Normalmente por la red se ven pavlovas preciosas todas ellas, pero en tamaño pastel grande, lo cual, teniendo en cuenta que la base es de merengue, me parece un poco complicado de repartir, así que por comodidad mía, la decidí hacer en raciones individuales, de unos 8 cm de diámetro. Con esta misma receta podéis hacer una grande de 20cm de diámetro, eso como queráis, pero así pequeñitas me parecen monisimas.
La pavlova se acompaña de crema chantilly y frutos rojos, yo he elegido moras y fresas, que son mis favoritos, junto con las frambuesas, pero no fui capaz de encontrar ese día...

La receta es super sencilla, sólo tener paciencia y no abrir el horno antes de tiempo, ya que el merengue es muy delicado y con el contraste de frío al calor, se puede arrugar como una pasa.

